Eres como el vestido que a los seis años
no quise dejar de usar durante una semana entera
Eres como el cuento que quería que me leyeran
una y mil veces más, noche tras noche
Eres como el chocolate que en cada tienda
en la que entraba quería probar
Eres como la muñeca de la que me antojaba
y con la que jugaba hasta dejarla hecha trizas
Eres el capricho de una niña caprichosa
y terca (valga la redundancia), sí eso eres,
nada más que un capricho, un deseo fuerte
e intenso pero pasajero.
no quise dejar de usar durante una semana entera
Eres como el cuento que quería que me leyeran
una y mil veces más, noche tras noche
Eres como el chocolate que en cada tienda
en la que entraba quería probar
Eres como la muñeca de la que me antojaba
y con la que jugaba hasta dejarla hecha trizas
Eres el capricho de una niña caprichosa
y terca (valga la redundancia), sí eso eres,
nada más que un capricho, un deseo fuerte
e intenso pero pasajero.